Reino Unido va a actualizar lo antes posible y de forma eficaz la seguridad de los dispositivos que están conectados al Internet de las Cosas o IoT. Por ello, hace tiempo se propuso un código de buenas prácticas en el que se regula la creación y configuración de nuevos dispositivos.
Una vez que han sido publicadas por el gobierno británico, se han encontrado con que la industria no está adoptando las medidas ya que llevan unos costes muy grandes, a no ser que la competencia las use en ese caso si que se están empezando a usar, pero casi un 80% de la industria no ha empezando a usarla. Por lo que el gobierno esta pensado en un cambio de legislación, para que esta ley no caiga en saco roto.
Mediante una ley, se quiere imponer tres requisitos: contraseñas únicas para cada dispositivo, un punto de contacto con la empresa para recibir actualizaciones de seguridad y una información oficial del tiempo durante el que se recibirán para corregir fallos de seguridad.
Estás, serían tres de las trece medias que contempla este código, incluso están explicando de que los ciudadanos puedan recibir alertas sobre cuando estén en peligro las transacciones bancarias o algún aspecto digital.
El Reino Unido, esta pensando en imponer una pegatina de seguridad para los productos conectados, y que cumplan unas normas mínimas de ciberseguridad, no es una medida extraña ya que en otros aspectos como en el coche se ponen pegatinas por la calidad o el cumplimiento de la normativa.