Este año ha sido el primero en el que España ha pasado a la final del Mundial de Fútbol Femenino. Esto ha tenido un creciente interés por el deporte, lo cual es positivo, pero también trae consigo prácticas maliciosas por parte de los ciberdelincuentes.
Estos aprovechan cada ocasión y esta vez ha sido el Mundial de Fútbol Femenino el que les ha dado la “excusa” para atacar.
¿Qué es el fraude publicitario?
El fraude publicitario es la práctica de crear impresiones, clics y conversiones falsas para robar los presupuestos digitales de las marcas que pagan por los espacios publicitarios.
Es una táctica muy común entre los ciberdelincuentes, ya que es más fácil de realizar que otras prácticas como el secuestro de datos (ransomware).
Dentro del fraude publicitario, existen diversas tácticas que los atacantes utilizan para llevar a cabo sus planes. Algunas de ellas son la falsificación de impresiones y clics o la falsificación de sitios y aplicaciones.
Esto provoca un tráfico no válido que las marcas que pagan por los anuncios no quieren.
Los ciberdelincuentes utilizan bots controlados por ellos para llevar a cabo el fraude publicitario.
El fraude publicitario aumenta
El fraude publicitario online global ha aumentado durante la celebración del Mundial.
La plataforma Integral Ad Science (IAS) ha analizado los niveles de fraude publicitario relacionados con la Copa Mundial Femenina 2023 de la FIFA. Los resultados muestran que el fraude publicitario se ha disparado un 59%, como ocurre con los grandes eventos deportivos.
El aumento empezó el día 1 de julio, aunque llegó al 59% el día 20 de julio, cuando comenzó la competición.
Análisis anteriores mostraban un declive del fraude publicitario. En la Copa del Mundo Masculina de 2022 hubo 109 millones de infracciones, frente a las 260 millones que ha habido durante el Mundial Femenino.
Los ciberdelincuentes ven que haya aumentado el interés por el deporte como una oportunidad para intentar sacar provecho a través de prácticas maliciosas como este caso, el fraude publicitario.
El mundo de la publicidad debe ser cauteloso al intentar alcanzar audiencias con estos grandes eventos deportivos, para evitar caer en la trampa de los estafadores.