La cadena de valor en el ámbito de la ciberseguridad, es el modelo por el cual están diseñadas las principales actividades y los vínculos de relación entre los distintos eslabones de la cadena.
Primero, tenemos que dedicarnos a la fabricación y tenemos los siguientes agentes; el desarrollo del software que suministra soluciones y aplicaciones que garantiza la seguridad y control de los usuarios; más tarde tenemos los fabricantes del hardware los cuales se encargan del desarrollo de soluciones y herramientas para el cifrado, además de aplicaciones y sistemas para realizar la movilidad por las redes; o tenemos una mezcla de los dos anterior con unos fabricantes mixtos, suministran hardware y software a la vez. Por lo tanto, escojamos la solución que escojamos, son los fabricantes los que entran en contacto con los mayoristas y los distribuidores.
El segundo tramo de la cadena de valor está compuesta por las empresas que hacen de nexo con las actividades de fabricación, que hemos expuesto anteriormente, y tenemos una gran diversidad de agentes.Por un lado, los mayoristas que son los que compran y venden los productos a las consultoras y proveedores de servicios, dentro de ellos pueden ser solo del sector TIC o del sector tecnológico general. Por otro lado, los distribuidores, que son los que venden de forma directa a las empresas de ciberseguridad. Por último, los minoristas que son los que de manera constante tienen tiendas físicas que están orientadas a dar servicios a los puntos finales de venta al público de PYMES. Con lo cual, todos se dedican a nexo o conexión entre los puntos de venta finales y los grandes fabricantes de la ciberseguridad.
En el último eslabón, tenemos los servicios que se dan a los clientes finales. Proveedores locales, que tiene servicios especializados en el que se venden los productos de la ciberseguridad de forma directa. Los Revendedores de valor añadido o VAR, los cuales venden estos productos pero les incrementan el precio ya que incorporan mejoras en diseño o soluciones.Las consultoras, que son las que prestan un servicio más especializado, de negocio o tecnología; tenemos varios tipos diferentes, el primero una consultora de negocio, que se orienta dar servicio a asuntos legales y de seguridad de la información, segundo las consultoras tecnológicas que se orientan hacia el asesoramiento y respuesta hacia tecnologías de seguridad. Integradores, son los que dan soluciones complejas sobre seguridad TIC, adaptándose mucho mejor a las necesidades de los clientes, incluso a veces los complementan con soluciones propias. Proveedores de servicios gestionados de seguridad o MSSP, los cuales ofrecen servicios de seguridad la cliente pero de forma integral y multidisciplinar, con lo que pueden ofrecer servicios de muy diversa índole.
Como conclusión, el sector de la ciberseguridad es complejo y tenemos una gran variedad de posibilidades y soluciones en cada eslabón de la cadena, lo que le convierte en un sector que se adapta al cliente ya que ofrece múltiples soluciones para él.